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1.5.05

Hacerse hueco

ZAPATERO OCUPA EL CENTRO DE LA CAMPAÑA GALLEGA SIN QUE ESTÉ CLARO AÚN SI ESO BENEFICIA O PERJUDICA A ALGUIEN

La verdad es que el candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, no estuvo muy afortunado esta semana cuando condicionó a que los votantes le hagan presidente la puesta en marcha de medidas para acabar con el peaje en la autopista del Atlántico a su paso por el puente de Rande. Si depende de su influencia con Zapatero —y depende, porque la AP-9 es competencia estatal—, no parece muy congruente hablar con el hombre del talante sólo si ocupa el sillón de Raxoi. ¿Qué pasa si pierde? ¿Se enfada con los votantes por no darle la razón? Con todo, habrá que mostrarse comprensivo con el secretario general del PSdeG, atrapado como está en el sandwich Fraga-Zapatero y necesitado de entrar en el juego dialéctico con personalidad propia y no sólo como el cabeza de lista de las candidaturas que presenta el inquilino de La Moncloa. Porque a un presidente se le exige personalidad propia y eso es mucho más que una lista de compromisos, por brillantes que sean. Lo sabe, seguro, Anxo Quintana, al que está costando hacerse un hueco en este arranque de campaña. Dicen sus colaboradores que en realidad es la estrella de estos días, gracias al debate de la Ser y a la compromiso que obtuvo del presidente del Gobierno para reformar el estatuto de Galicia. Lo cual nos devuelve, de nuevo, al mismo sitio. Se ve que para hacerse ver en esta extraña precampaña hay que hablar con Zapatero. Aunque sea mal.