alternatetext

29.5.05

Réquiem por Europa

SE HACE EVIDENTE QUE VAMOS A PERDER LOS FONDOS EUROPEOS Y, ¡OH CIELOS!, SEGUIMOS SIENDO POBRES

Ahora que, ante la posibilidad de que la cuna de la revolución democrática diga no a la Constitución europea, a todos nos asalta la tentación de volvernos francófobos, conviene tener presente que el nuestro, el de los españoles en general y el de los gallegos en particular, es un europeísmo de conveniencia antes que de vocación. Y que si nos identificamos con la bandera azul con doce estrellas no es consecuencia de que nos emocione el espíritu de Schuman sino porque, hasta ahora, la unidad del continente ha sido fuente de una copiosa lluvia de solidaridad gracias a los países más ricos. Nuestro europeísmo no está, ni mucho menos, a prueba de lo que se nos viene encima, una vez que la perspectiva de la solidaridad ha cambiado y cada vez es más probable que dejemos de recibir y nos toque dar. Perdimos nuestra oportunidad, la que otros —como Irlanda— sí supieron aprovechar y la ampliación de la UE al Este nos han pillado sin haber hecho los deberes. Ahora que se hace evidente que vamos a perder las ventajas de una economía asistida y ¡oh cielos! seguimos siendo pobres, tal vez convendría reflexionar y averiguar cómo hemos llegado a esta situación. Pero no, en vez de eso, vamos a perder el tiempo preguntándonos qué hemos hecho mal para dejar de recibir los fondos europeos, cuando lo que hemos hecho mal es no haberlos usado para subsistir sin necesitarlos. Y encima tendremos el valor de volvernos euroescépticos...