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26.6.05

La herida

PASE LO QUE PASE, EL MAPA POLÍTICO GALLEGO SEGUIRÁ SIENDO EXPRESIÓN DE UNA HERIDA MUY PROFUNDA

Dulces o amargas, las victorias y las derrotas acaban perdiendo el apellido con el paso del tiempo y con él todas las coartadas que hacen posible que todos aparezcan como los triunfadores. Por más que el impacto inicial parezca limitado por las expectativas (muchas veces resultado de la expresión de los temores y de la fragilidad de las certezas), al cabo de unos meses va a dar igual el origen de una u otra mayoría e incluso si su gestación obedece a la intervención de un solo voto o de unos cientos de miles. Pase lo que pase esta semana, el mapa político gallego seguirá expresando una escisión muy profunda, una herida abierta que constituye una de las principales herencias de quince años de mayoría absoluta de Manuel Fraga. De un lado de esa grieta está el PP, expresión de una sociedad apegada al poder, acostumbrada a dominar los resortes de lo público, incapaz de distinguir gestión de dádiva y cuya idea de progreso consiste en no ir a peor. Del otro están el PSOE y el BNG, testimonio político de los ciudadanos de izquierdas (en sus dos manifestaciones mayoritarias en Galicia, la socialista y la nacionalista) que nunca han tenido ocasión de poner a prueba sus alternativas y que jamás se han sentido identificados ni con las formas ni con los objetivos del PP. Curar esa herida debería ser el principal objetivo de quien gobierne. Porque la sociedad gallega no puede permitirse el lujo de afrontar el futuro en contra de una parte de sí misma. Aunque sea la contraria.